El país sufre uno de sus mayores retos al mando de la presidente Dina Boluarte
Perú es un territorio que vive constantemente en la inestabilidad, donde la población no solamente sufre una crisis política constante. La alerta por dos enfermedades y una erupción volcánica exponen a una nación poco preparada para atender las necesidades básicas de un pueblo que exige mayor presencia de sus autoridades políticas. Actualmente el país viene enfrentando el peor brote de dengue de su historia, el aumento de casos de Guillain – Barre y la posible llegada del virus aviar, que según la OMS podría mutar para infectar con mayor facilidad a las personas.
Según el Ministerio de Salud del país, desde que inició el 2023 se han producido al menos 287 muertes y 161.000 casos por la propagación de dengue. El departamento de Piura continúa siendo el más afectado con 46.650 casos entre confirmados y probables además de un aproximado de 96 muertes. Entre los síntomas de esta patología están: la fiebre, los dolores musculares y las manchas.
La otra crisis sanitaria hace referencia a la enfermedad de Guillain – Barré, un trastorno del sistema inmunológico por el que los anticuerpos atacan al sistema nervioso. Según el último balance brindado por el ministerio, los casos han ascendido a más de 180 entre enero y julio. “Ha habido un incremento importante en las ultimas semanas, lo que nos obliga a tomar acciones como Estado para proteger la salud y vida de la población”, dijo a la prensa el ministro de Salud, César Vásquez.
Mientras tanto, la posible erupción del volcán Ubinas continúa su curso, ubicado en la región de Moquegua, este estratovolcán de 5.670 metros de altitud y 45 km cuadrados de superficie se encuentra en alerta naranja y aunque su actividad ha disminuido considerablemente, los especialistas han recomendado a la población que vive cerca el uso de mascarilla ante la eventual dispersión de partículas sumamente peligrosas al ser inhaladas.
Como si fuera poco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que se están detectando con mayor frecuencia los brotes de gripe aviar que afectan a los mamíferos y que despierta una fuerte preocupación sobre la posibilidad de que el virus se adapte para infectar con facilidad a los humanos. Un total de 67 países en los cinco continentes reportaron casos en 2022, con 131 millones de aves domésticas muertas, sea por la enfermedad o porque tuvieron que ser sacrificadas, lo que ha afectado a numerosas comunidades que dependen de esta actividad económica. Este año fueron 14 los países que reportaron brotes, sobre todo en América.