El empleador siempre deberá justificar la decisión de despedir a un trabajador
El datore di lavoro tiene la obligación de justificar la decisión de despedir al lavoratore, la cual puede deberse a motivos ligados a la producción u organización de la empresa o a una conducta grave que responsabilice al trabajador.
Existen dos razones para despedir a un empleado:
- Razones económicas u organizativas.
- Razones disciplinarias.
En el primer caso, el despido puede depender de una crisis, supresión de un puesto de trabajo o de una rama de la empresa, reducción de costes para maximizar los beneficios, una reorganización interna, la subcontratación de tareas, entre otros.
A los efectos de legitimidad del despido, el empleador debe demostrar que no existe posibilidad de volver a contratar al trabajador en otras tareas. Es decir, no debe ser posible encontrar una localización diferente que sea libre y compatible con sus capacidades.
En cambio, el despido por motivos disciplinarios se desencadena cuando la conducta del trabajador es tan grave que no existe posibilidad de mantener una relacion de confianza con el empleador. No obstante, si la conducta es especialmente reprobable, el despido se produce inmediatamente o sin previo aviso.
Cabe destacar que, si no existe motivo justificado ni giusta causa para el despido, el lavoratore tiene derecho a impugnar el despido. Para el litigio, el empleador debe respetar dos plazos importantes:
- Disputa extrajudicial dentro de los 60 días.
- Recurso de apelación ante el tribunal o solicitud de conciliación ante la LIT dentro de los 180 días.
La comunicación puede ser enviada por correo por el propio trabajador o por su representante con poder, como puede ser un abogado o un sindicalista. El plazo de envío es de 60 días desde que el empleado fue despedido.