La situación se puede dar solo en un caso grave
El rendimiento de un trabajador dentro de la empresa que lo contrata suele ser de suma importancia, esto debido a que en la actualidad muchas de ellas buscan personal capacitado para cumplir con sus requerimientos, donde, la responsabilidad forma parte esencial entre lo que se quiere lograr a un corto, mediano o largo plazo dentro de una institución pública o privada.
Para hacer realidad el despido por bajo rendimiento son necesarias dos condiciones: la demostración de un desempeño inferior al promedio esperado y la conducta negligente del trabajador. Ante ello, es importante tener en cuenta en qué momento una empresa puede despedir por mal desempeño. En ese sentido, el empleado puede ser despedido cuando:
- Existe una desproporción significativa entre el desempeño de un empleado y el de otros trabajadores que tienen el mismo nivel.
- Cuando esta desproporción sea consecuencia de un comportamiento voluntario o culposo y que no dependa de factores externos.
- Cuando una conducta no haya sido objeto de sanciones disciplinarias previas por parte del empleador.
- La infracción es de considerable gravedad.
- El incumplimiento es prolongado en el tiempo: es decir, no debe ser ocasional.
- El bajo rendimiento no es el resultado de ausencias por enfermedad, siempre que estas no excedan los límites del periodo de derecho establecido por el CCNL (Convenio Colectivo Nacional de Trabajo.
- El mal desempeño se refiere al desempeño normal del trabajo y no a las metas de producción establecidas por la empresa.
Es importante señalar que, ante el despido, el trabajador debe ser advertido para que pueda adecuar su actuar a las normas de la empresa y evitar la extinción de la relación laboral.