Esta cuenta es gestionada por el administrador según lo dispone la ley italiana
Entre las primeras responsabilidades que cae bajo el mando de un administrador de condominio, se encuentra el manejo de dinero. Luego de aceptar la nominación, éste debe acudir a la sucursal donde se abre la cuenta corriente del condominio para firmar un contrato o abrir una nueva cuenta corriente.
Se trata de una relación bancaria o postal a nombre del condominio, donde se pueden transferir sumas recibidas de los condominios o terceros. Al igual que una cuenta corriente normal, debe estar conectada a una chequera, tarjeta de crédito o débito para gestionar ingresos o gastos.
Además, si el Código Civil establece que la contabilidad del condominio debe ser rastreable y pasar por la cuenta corriente del inmueble, esto no excluye el derecho a pagar las cuotas en efecto. Asimismo, es importante destacar que, si el condominio se compone de menos de nueve personas, aun podrá abrir una cuenta para administrar las operaciones actuales.
Para ello, será suficiente que la asamblea emita un dictamen positivo sobre la apertura de la relación, atribuyéndose a una delegación a favor un condómino o un tercero para que forme el contrato en el banco.