Su presidente Jair Bolsonaro decretó una ley que establece que no podrán reclamar ningún territorio si no estaban allí antes de 1988
Una multitudinaria marcha de indígenas, que reúne diversas etnias y tribus se dirigió a Brasilia a protestar contra la reciente ley impuesta por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la cual estableció que sólo reconocerán como dueños de ‘tierras ancestrales’ a los indígenas que vengan viviendo ahí desde antes de 1988. De lo contrario, pasarán a ser parte del Estado, el cual puede disponer de ellas como mejor le parezca.
«Lucha por la vida» se llama el lema de los protestantes, quienes acudieron a la capital utilizando plumas, pinturas en la cara y vestidos sus trajes tradicionales y planean una semana de manifestaciones para presionar al Congreso y la Corte Suprema para que revisen este decreto.
Desde su asunción al poder, Bolsonaro mostró muy poca preocupación por los pueblos originarios, quienes actualmente son 900 mil personas y representan al 0,5 % de los 212 millones de brasileños. Un ejemplo es su abandono durante la pandemia del covid-19, pues fueron uno de los pueblos más golpeados con 1.166 muertos y 58 mil contagiados.
Estas marchas serían solo el principio, pues Bolsonaro también planea un proyecto para autorizar la minería en las reservas indígenas y otro para regularizar las minas ilegales que muchas veces invadieron zonas pobladas. De ser aprobados estos proyectos, se espera que sus pobladores vuelvan a salir a las calles.